CENTRO
Divagante…
solitario…
emigrante…
así te amo yo.
Mikel Erentxun
Caminamos por la avenida entre la gente y el frío,
mientras el universo colapsaba los instantes,
encogía los espacios, aproximaba los cuerpos.
Fue ahí que sentí por primera vez la humedad
de tu boca abrasadora en mis labios extranjeros,
tu aroma invadiendo mi memoria, tu mirada entrando en mi ser.
Y me mostraste que, a pesar de mí, es posible amar en la ciudad.
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