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Poemas - Gustavo Balcázar

Para presentar al poeta...

Para presentar al poeta...

Me presento yo

sin caer en ese yoismo, tan natural, tan inocente con que nuestros niños suelen expresarse, asunto considerado imperdonable según las reglas de nuestros padres y abuelos. Solían corregirnos este inocente defecto con un severo: "Yo...Siempre yo...El burro primero", con la esperanzada y sana intención que sus retoños alcanzasen su adultez carentes de tan infamante vicio social.

Y, esto, porque considero que, antes de dar a conocer alguien se hace necesario que  nos conozcan a nosotros; de donde se estimara si el juicio emitido posee el suficiente aval moral. Figuran, y circulan sin figurar, por ahí, muchos prologuistas del siguiente fuste: < Su poesía tiene un trasfondo telúrico; embrional alarido de un periplo eréctil que conmueve sus células falentes....bla, bla, etc.,> y que apenas si conocieron a  su prologado y menos leído, se entiende. Ardiente mofa hacia de ellos  mi apreciado compadre, el Mono Julio, -hoy en las praderas de Pillan, guitarreando a su regalado gusto; espero-, quien solía referirse a esos infundíos como: "huevadas revueltas con ignorancias. El escritor, Compadre, debe escribir pa´ toos.  Expresarse en el lenguaje del pueblo. Si es" enducao": obligado,  porque de allí partió; y pa` que lo entiendan" lo anarfa poh" esos que no tendrán la oportunidad de alcanzar y comprender el lenguaje alto>

Yo he respetado la trilogía solemne y vital: He plantado árboles. Tengo varios hijos, cuatro de ellos inscritos, eso si, y, por mis años mozos, le tire mis versainas a una moza: "¿Ä quien miraran sus ojos en estos tiempos?" Son de Atahualpa Yupanqui, no míos, pero lindos, ¿verdad? Otoñal ya, he pergeñado algunas paginas con cuentecitos de mi niñez donde describo varios arquetipos citadinos que tuve el honor de conocer de entre los muchos arrendatarios que mi  padre admitió en nuestra casa cuando los tiempos se pusieron feazos Sobre ellos he recibido comentarios mas o menos elogiosos de personas que, afirmo, no tienen porque adularme. También consejos. Traspaso, con gusto, uno de mi autoría: El buen escritor debe escribe como piensa no como habla. Piénselo.

Con esto y lo que sigue, creo cumplir requisitos mínimos, pero importantes, para poder presentar al Poeta sin caer en lo que yo critico:

Tómelo literariamente: conocí a Gustavo antes que naciera. Era amigo de los Morales mucho antes que interrumpiera en la vida de Maria, su madre,  el que seria su marido y padre de su primer hijo, el tal Gustavo. Presentaba este matrimonio un dimorfismo sexual no raro por estos pagos: ella bajita, menudita, digamos; el un torito de un metro ochentaycinco, pero muy igualados en  el amor. Que, con el correr del tiempo, este idilio haya fracasado ¿Qué importancia tiene para nosotros, salvo la de lamentar la perdida de algo tan bellamente iniciado? La infelicidad ajena, parece no ser desgracia. Egoísmo puro.

Pero para el Poeta si la tiene:

A mi me suenan sentidos arpegios que desde el fondo de sus versos y reflexiones parecen llorar. ¡NO!. ¡LLORAN! ese trozo de felicidad perdido con el desgarramiento del valor principal del hombre: su familia. Mal de muchos...

Salio al padre; alto, fornido, con una ligera desproporción aurica: la cabeza. Por mi cuenta lo bautice: Big Head. Y, observando su temprana inclinación a la risa lo inicie en el terreno de la chistologia, brava y de primer orden. Respondió bien. Recuerdo, con profunda nostalgia, los almuerzos en casa de su abuelo, mi gran amigo, con no menos de quince comensales. En uno de ellos le dije: -Ya, poh, Big Head. Cuéntate el último. Ni corto ni perezoso se mando uno de frailes que dejo patuleca a su abuela, una beata-pechoña de gratuidad. Tenía 6 años. Llegado el "tiempo de la Universidad" su espíritu inquieto le llevo a incursionar por un par de Facultades; mas tarde, crecidas sus alas, tal vez ahíto de distancias, su singladura recalo en Brasil, donde se gana el tiempo necesario para escribir impartiendo docencia.

Podría seguir contándoos muchas cosas de este muchacho. Y no de oídas, o leídas, pero es solo una presentación, no su biografía. Eso quedara, si me es posible, en vida, para cuando sus trabajos alcancen el verdadero respeto y premio que su obra merece.

Dominus Vobiscum

 

Hernán Rocco Sironvalle

aucaroco@hotmail.com

 

El Bosque, Septiembre 2007

1 comentario

Alicia -

es una buena forma de conocerte... aunque no tengo el agrado de haber conversado contigo, creo que será interesante que en algún momento lo hagamos, me gusta tu poesía contemporánea y melancólica. Espero que te vaya bien con tus escritos y que algún día puedas visitarnos.
Alicia y Catalina ( Soy la esposa de Pablo B, tu prima y catalina es tu sobrina que está por nacer...) un beso y buena suerte.