TRASCENDER

 

¡Mírame!

¡Mírame otra vez!

Mírame hasta que mi imagen se haga una con tus retinas y ya nunca puedan ser separadas.

 

Mírame al sentir la fuerza de mis brazos que te toman por la cintura y te arrastran hacia mí, quebrando tu resistencia ortodoxa...

Mírame al sentir el peso de mi cuerpo y mi aroma hipnótico y extranjero.

¡Mírame mientras te entregas!

 

Mírame hasta que tus gemidos desaparezcan en mi aliento y tu respiración sea la mía, única, entrecortada y jadeante...

Mírame mientras me hago parte de ti y tus fluidos se tornan mis fluidos.

 

¡Mírame intensamente! Tu sudor se mezcla a mi sudor y juntos adhieren nuestros cuerpos.

 

Mírame apretar fuertemente tu mano. Dedos entrelazados, en una tentativa más de ser los dos en un mismo cuerpo...

Ser en un sólo cuerpo... Ser en nuestro cuerpo.

Siameses unidos por la carne, Contenidos en la carne,

Potenciados en la carne. Reencarnados en la lujuria,

Amalgamados por la furia y liberados en el sexo.

 

Placer y dolor redimiéndonos de la humana condición a través de la obscena trascendencia que yace en ese ínfimo instante, entre el deseo animal encadenado y lo sublime de un gozo redentor...

 

¡Mírame!

 

Fotografía obtenida del sitio: http://pracadarepublica.weblog.com.